Miércoles 25/4 – 19hs
PANEL DE DEBATE:
“Política científica y proyecto de universidad”
Panelistas:
Eduardo Glavich (Docente e Investigador de FCS y FFyL)
Julián Rebón (Director del Instituto de Investigación Gino Germani-FCS)
Juan Wahren (Docente e Investigador de FCS)
Santiago del Estero 1029, Facultad de Ciencias Sociales
Organiza:
DOCENTES X AGD-Sociales
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Reunión abierta de Docentes x AGD-Sociales
Sábado 12/5 - 11 hs. Sede MT
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DOCUMENTO DE PRESENTACIÓN DEL COLECTIVO DOCENTES X AGD-Sociales
Con las armas de la crítica y el optimismo de la voluntad
"La lucha de los profesores en defensa de sus derechos y de su dignidad debe ser entendida como un momento importante de su práctica docente, en cuanto práctica ética. No es algo externo a la actividad docente, sino algo intrínseco a ella. El combate en favor de la dignidad de la práctica docente es tan parte de ella misma como el respeto que el profesor debe tener a la identidad del educando, a su persona, a su derecho de ser"
Paulo Freire
1) ¿Quiénes somos?
Somos docentes e investigadores de la facultad que nos fuimos encontrando en diferentes espacios e iniciativas a partir de compartir una caracterización de los problemas y desafíos que vivimos a diario. Venimos trabajando desde hace ya varios años en propuestas político académicas que canalizamos a través de nuestra intervención en el claustro de profesores y de graduados. Formamos parte de distintos agrupamientos por Carrera: Colectivo de Izquierda (Ciencia Política), Espacio de Debate Interclaustros (Ciencias de la Comunicación), Sociología en Movimiento Inventamos o erramos (Sociología), Agrupación Germinal(Trabajo Social). Desde el año pasado comenzamos a articular nuestras iniciativas, con la idea de generar un espacio que busque interpelar a docentes y graduados, que convoque al protagonismo, que vuelva más dinámica y democrática la vida de nuestra facultad.
A su vez, y en nuestro carácter de trabajadores docentes, participamos de la constitución de Docentes x AGD, agrupamiento que compartimos con compañeros de otras facultades y que se propone intervenir en la Asociación Gremial Docente de la UBA como una nueva corriente que busca conjugar la pelea por mejores condiciones de trabajo con la disputa por un proyecto de universidad realmente democrática y productora de un conocimiento crítico y transformador.
En las líneas que siguen compartimos parte de los debates que proponemos abrir de cara a los docentes de la facultad y plantamos algunas propuestas sobre las que pretendemos trabajar. Queda hecha la invitación a sumarse, opinar, criticar, ponerle cuerpo y cabeza a este proyecto.
2) Noticias sobre Sociales
Como parte activa de su vida institucional y política, en diferentes oportunidades hemos planteado que Sociales está inmersa en una inercia difícil de romper. En el último tiempo hemos podido observar cómo la facultad funciona sin desplegar todas sus potencialidades. Esto está fuertemente ligado al modo en que la actual gestión ha prescindido crecientemente de la generación de espacios democráticos para debatir el rumbo de nuestra casa de estudios y ha hecho de los criterios administrativos un método de conducción.
En este sentido, nuestra facultad está lejos de ser un actor social y culturalmente reconocido que intervenga sistemáticamente y dinamice debates de fondo con relación a los grandes problemas y cuestiones que marcan el momento del país y de la región. Lo mismo ocurre con respecto a la situación del sistema universitario y de las políticas científicas y a su función en la etapa actual.
Más específicamente, uno de los organismos del sistema educativo y científico más capacitado para pensar críticamente la dinámica social, ha tendido a adaptarse a –más que a poner en cuestión- una serie de dispositivos que atentan contra la posibilidad de ejercer ese rol. Hoy por hoy, en nuestra facultad las formas de precariedad laboral y desigualdad salarial y la aplicación de mecanismos mercantilizadores para la asignación de recursos para la investigación y para la evaluación de proyectos o la publicación, se han tendido a naturalizar.
Desde el punto de vista de las condiciones que hacen a la actividad docente esta tendencia a la naturalización se expresa con creces cuando analizamos lo que ocurre con una cuestión tan elemental como es el problema no resuelto de aquellos que dictan clases sin percibir un salario. Más allá de las diferencias que existen según la carrera que se tenga en cuenta –y de los logros parciales que en esta materia se alcanzaron en los últimos años a partir de la movilización–, nuestra facultad convive casi silenciosamente con un alto porcentaje de docentes ad-honorem, cuya proporción aumenta en los casos de materias optativas y cátedras que funcionan con la metodología de taller o que suponen trabajo de campo. La propia gestión ha reconocido la seriedad del problema, pero equivoca el camino “congelando” los nombramientos y pretendiendo –tal como aparece en un proyecto de resolución difundido el año pasado- dar respuesta al problema reglamentando las tareas de esos docentes y poniendo un límite de tiempo de permanencia en los cargos para quienes estén en esa condición.
En este marco, también se ha obturado cualquier discusión sobre la composición del co-gobierno y la estructura de cátedra que tienda a democratizar la representatividad y la labor docente. Y se ha consolidado una lógica de funcionamiento que hace de ella una federación de carreras más que una facultad propiamente dicha.
A la vez, nuestra facultad carece de una política que le permita actuar como un espacio de referencia para la difusión y el intercambio de lo que en su seno se produce. Y no cuenta con eventos académicos regulares que hagan de ella un punto de articulación para docentes, investigadores y estudiantes a nivel nacional, regional e internacional.
3) Algunos ejes de trabajo
Esta situación prefigura un conjunto de cambios necesarios y fundamentales, que requieren de una acción colectiva que articule política académica y actividad gremial. En este sentido, planteamos una serie de cuestiones prioritarias a ser abordadas:
:: Estabilidad laboral y promoción/ Carrera Docente: para intervenir en el problema de la precariedad del trabajo docente en nuestra facultad y la desigualdad salarial, es necesario desplegar un profundo debate con el conjunto de los docentes sobre el diseño de un mecanismo institucional que garantice el derecho a la estabilidad, la calidad académica y la formación regular, tanto disciplinar como pedagógica.
Ello implica democratizar el ingreso a la docencia a través de concursos abiertos y transparentes de oposición y antecedentes en las cátedras y dándole publicidad. Este tipo de ingreso puede articularse con un sistema de evaluaciones periódicas que garanticen la permanencia en el cargo siempre que se respeten las exigencias académicas y el cumplimiento de las responsabilidades relativas al cargo. Asimismo, la promoción a un cargo de mayor jerarquía debería estar vinculada a la trayectoria docente: evaluaciones periódicas, tareas desempeñadas y concursos internos. Dicho mecanismo no puede estar exclusivamente atado a una evaluación presupuestaria.
En este sentido, urge avanzar con la gratuidad efectiva de todos los posgrados para los docentes y la posibilidad de contar con períodos de licencia para la escritura de Tesis.
Al mismo tiempo, concretar un régimen de carrera docente para los auxiliares –cosa que depende de cada facultad– sería un paso importante para cientos de docentes, pero además sentaría un antecedente significativo para dar la disputa por un proyecto que alcance al conjunto de la docencia universitaria.
:: Democratización de los órganos de co-gobierno / Claustro Único Docente: El actual sistema de co-gobierno, hijo de la Reforma del ´18, es progresivo en relación con otras arquitecturas institucionales (y somos conscientes de las presiones que hay para eliminarlo), pero se ha vuelto anacrónico frente a la estructura de masas de la universidad actual. El sistema de representación ponderada, basado en una concepción acumulativa y evolucionista del saber, otorga en todas las instancias de gobierno universitario una representación mayoritaria a un reducido número de profesores titulares y adjuntos concursados en desmedro de miles de docentes “auxiliares” y de decenas de miles de estudiantes que forman parte activa de la vida universitaria.
La propuesta de claustro único docente, integrado por todos los docentes, se fundamenta en el simple hecho de que nos une el mismo objetivo y una misma actividad: enseñar e investigar.
Los asuntos de la universidad son político-académicos, expresan visiones del mundo y valoraciones diversas y hacen a la vida cotidiana de quienes se desempeñan allí. Por eso la constitución de un claustro único docente y una mayor representación del claustro estudiantil, otorgaría mayor dinamismo a la vida universitaria y generaría mejores condiciones para democratizar los espacios de decisión político-académicos.
Claro está que se trata de una modificación que no atañe sólo a la estructura de gobierno, sino a la “célula” del funcionamiento universitario: las cátedras. Por eso los obstáculos que aparecen cuando se esboza esta propuesta son, en gran medida, parte de un mecanismo de defensa de quienes verían retroceder una porción siginificativa de su legitimidad institucional.
:: Propuesta Pedagógica: Dado que nuestra facultad no es un “enseñadero”, sino un espacio social clave en la producción de conocimiento, en primer lugar, es imprescindible un cambio significativo en cuanto a la proporción de dedicaciones exclusivas y semiexclusivas y a la regularización de los cargos docentes. En segundo lugar, es necesario readecuar el criterio de asignación de alumnos por cada comisión de práctico, seminarios y talleres (45-35-30), puesto que fue implementado como un techo en otro contexto histórico e institucional, para pasar a establecer otros basados en principios didácticos y pedagógicos.
Pero, fundamentalmente, una propuesta superadora en este plano significaría, entre otras cosas, revalorizar un planteo integral de formación donde las cátedras puedan organizar su tarea pedagógica en torno a los ejes de investigación y extensión; generar instancias de intercambio y formación didáctica que brinde nuevas herramientas a la actividad docente; abrir espacios de debate interclaustros acerca de los Planes de Estudios; impulsar la derogación de las resoluciones que ponen bajo tutela del Consejo Superior la oferta de materias optativas; incluir en la oferta académica un espacio para la presentación de nuevas materias optativas abierto a los jefes de trabajos prácticos y auxiliares; facilitar la creación de cátedras paralelas; favorecer el desarrollo de prácticas de investigación e intervención de los estudiantes desde el comienzo mismo de sus carreras; relacionar los contenidos curriculares con proyectos de investigación e intervención social que se comprometan con experiencias productivas, educativas, culturales, etc. que desarrollan innumerables organizaciones sociales.
4) Acerca de nuestra herramienta gremial: proyecto de universidad y condiciones de trabajo
De todo lo anterior se desprende que la discusión sobre qué tipo de herramienta gremial debemos darnos se vuelve una cuestión central. Antes que nada, creemos que es momento de abocarnos a la tarea de revitalizar nuestra organización gremial; convocar y convocarnos al protagonismo, al debate y a la participación.
La Asociación Gremial Docente de la UBA, de la cual formamos parte, es el sindicato que agrupa a quienes entendemos que la construcción de una universidad pública, gratuita y comprometida con la producción de conocimiento crítico va unida a la defensa de nuestros derechos como trabajadores. Fortalecer y revitalizar la AGD supone estar dispuestos a trabajar para superar sus debilidades y limitaciones actuales.
Muchos son los obstáculos que se presentan en este camino, y muchos de ellos provienen de la particularidad de nuestro trabajo. Por mencionar sólo algunos: la alta proporción de docentes con dedicación simple y ad honorem, el sesgo individualista que suele asumir nuestra trayectoria laboral, la persistencia de la identificación con la figura del profesional liberal, el verticalismo de la estructura de cátedra. Estas particularidades dificultan nuestra identificación como trabajadores y la organización gremial en general.
Ahora bien, partiendo de estos factores, creemos que la política desplegada por la conducción actual de la AGD no contribuye a revertir esta situación y suma otros ingredientes que atentan contra el compromiso colectivo y la participación gremial. Parte de esos aspectos se tornan evidentes cuando analizamos el proceder de una conducción que en el último tiempo ha sido crecientemente incapaz de contener la diversidad de posiciones e identidades políticas que caracteriza al conjunto de los docentes y se ha cerrado sobre sí misma, perdiendo representatividad. Asimismo, esta forma de concebir la herramienta gremial que tiende a mimetizar al sindicato con la organización que lo conduce da lugar también a un creciente formalismo a la hora de tomar decisiones y avanzar en la implementación de acciones. Como parte de la misma lógica, la gremial ha quedado muchas veces presa de una política que atiende casi exclusivamente la problemática presupuestaria y salarial, dejando de lado otras que hacen a la especificidad de la actividad docente y de investigación (infraestructura y materiales didácticos, planes de estudio, derechos políticos, etc.).
En este marco, nuestro objetivo principal es hacer de AGD Sociales una herramienta más fuerte. Llenando de participación y debate las asambleas y creando espacios para discutir las especificidades de nuestra facultad. Para ello apuntamos a un funcionamiento regular, y democrático, buscando permanentemente ampliar la participación en la toma de decisiones, con el propósito de aportar a construir un sindicato de base dinámico, con independencia política, que contemple la heterogeneidad de tendencias.
Apuntamos a una gremial que intervenga en los debates de la facultad, que discuta política académica y criterios pedagógicos, que trascienda el corporativismo de las carreras, que esté presente en las decisiones respecto de la infraestructura con la que contamos para desarrollar nuestro trabajo (edificio, equipamiento, etc.). Esta presencia e intervención en la vida de la facultad incluye seguir la pelea por nuestras reivindicaciones históricas vinculadas con las condiciones laborales, salariales y presupuestarias. Al tiempo que nos plantea un desafío fundamental: tomar en nuestras manos la integralidad del proceso de educación superior. Por otro lado, nos presenta la oportunidad de desarrollar nuestro trabajo en mejores condiciones, de manera menos fragmentada y más consciente. Le da un nuevo sentido a nuestra práctica, la revaloriza y la potencia con la fuerza que da la construcción colectiva.
Colectivo de Izquierda (Ciencia Política)
Espacio de Debate Interclaustros (Ciencias de la Comunicación)
Sociología en Movimiento Inventamos o erramos (Sociología)
Germinal (Trabajo Social)
Docentes x AGD Sociales
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